Blogia
Lo demás es silencio.

Mundo Vivo

Dragonas Vírgenes (por favor, leer para entender...)

Nos informa Iván de que una hembra de Dragón de Komodo ha parido esta semana cinco dragoncitos engendrados mediante partenogénesis (fecundación sin la intervención de un individuo del sexo opuesto). Hasta ahora se desconocía que esta especie de reptil tuviese la capacidad de autofecundarse.

Pues bien, me entero de que no ha sido una sola hembra, sino dos, las que han tenido crías últimamente sin contacto alguno con un macho: Flora, del zoológico de Chester (la que ha sido madre esta semana) y Sungai, del zoo de Londres, que puso sus huevos dos años después de su último contacto con un macho. No he encontrado información sobre este segundo caso y agradecería que alguien que supiese más del tema echase una mano.

La partenogénesis es una estrategia biológica que adoptan muchos seres vivos en ciertas circunstancias y que permite que una célula sexual femenina (por ejemplo, un óvulo) se desarrolle con normalidad sin haber sido fecundada por la correspondiente célula sexual masculina. En otras palabras, permite a una hembra tener descendencia sin conocer macho alguno. La partenogénesis es utilizada asiduamente por muchas especies, especialmente invertebrados –que, por cierto, suelen poder elegir entre la partenogénesis y el sexo-. Respecto a los mamíferos, parece ser que solamente 22 especies de peces, 23 de anfibios y 29 de reptiles pueden utilizar este tipo de reproducción.

Las causas de la partenogénesis son confusas. O sería más correcto decir que en cada especie, esta estrategia se produce por una causa concreta. Desde bacterias hasta contaminación, descargas eléctricas, mutaciones, factores ambientales... Los pulgones, por ejemplo, recurren a la partenogénesis en épocas especialmente favorables para ellos, aumentando así su prole justo en el momento en que esta disfrutará de mejores condiciones de vida. En el caso del Dragón de Komodo, los científicos aún no tienen claro qué pudo causar estos dos embarazos tan bíblicos. Se ha barajado la teoría de que los Dragones recurran a esta estrategia para adaptarse a situaciones de aislamiento en los que la reproducción sexual es muy difícil o imposible. Tiene sentido, puesto que en los zoológicos se tiene solamente hembras (los machos viajan de uno a otro continuamente para inseminarlas y deben tener mucho trabajo). En esta situación la hembra “activaría” este mecanismo y se produciría un embarazo mediante partenogénesis. ¿Cómo se desencadena ese mecanismo? No tengo ni idea.

Si alguien encuentra algo nuevo sobre el tema... aquí siempre se aceptan aportaciones.

La noticia en cuestión aquí.


Morir antes de nacer

Existe una pequeña especie de ácaro llamada Adactylidium cuyo macho tiene una vida breve y, a decir verdad, bastante vacía. De hecho, los machos de Adactylidium nacen, pasan varias horas sin hacer absolutamente nada y mueren. No intentan aparearse ni alimentarse. ¿Qué función puede tener un macho de vida tan... desustanciada?

La hembra de de Adactylidium , una vez fecundada, se agarra a un huevo de tisanóptero que le servirá de alimento a ella y a sus crías durante toda su vida (no se alimenta de otra cosa hasta su muerte). Estos ácaros se dedican a la reproducción entre cosanguíneos (hermanos con hermanas), por lo que su especie consta de un gran número de hembras frente a un número mínimo de machos. La camada típica consta, de hecho, de entre 5 y 8 hermanas y un único macho que ha de fecundarlas a todas. Para proteger a las crías, especialmente al valioso macho, la madre las cría en el interior de su propio cuerpo. Unas cuarenta y ocho horas después de que la hembra encuentre un huevo de tisanóptero se abren en su interior entre seis y nueve huevos y las crías comienzan a alimentarse del cuerpo de su propia madre. Dos días más tarde las crías han madurado lo suficiente como para que el macho copule con todas sus hermanas. Para entonces, el cuerpo de la madre no es más que un cascarón vacío lleno de ácaros adultos y deshechos orgánicos. Las hembras emergen de entre los restos de su madre y comienzan a buscar un huevo de tisanóptero para comenzar de nuevo todo el proceso. El macho, por su parte, ya ha cumplido con su deber reproductor antes incluso de haber nacido, por lo que su existencia ya carece de sentido. Vegeta plácidamente durante unas horas y muere. He aquí una imagen de nuestro heróico ácaro (en una de las fotos pueden verse varias crías sobre la sufrida madre).

La vida del Adactylidium es bastante trágica, pero uno de sus parientes cercanos ha llevado este sistema aún más allá. El ácaro Acarophenax tribolii también se dedica al apareamiento entre hermanos, y dentro del cuerpo de la madre se desarrollan quince huevos. De ellos emerge un único macho que se aparea con todas sus hermanas dentro del cuerpo de su madre y muere inmediatamente, sin esperar siquiera a nacer.

La naturaleza siempre supera a la ficción...

EDITADO 12-4-07: El amigo Oscar González, que no tengo ni idea de quien es pero se ha tomado la molestia de escribirme un comentario, me pide con malos modos que cite la fuente de este texto. Ante el riesgo de ser enjuiciado criminalmente por infringir alguna innominada ley de derechos de autor, diré que este artículo es una adaptación del capítulo 6 de El pulgar del Panda, de Stephen Jay Gould. Es una recopilación de artículos sobre diversos temas relacionados con la evolución, el cambio y las teorías evolutivas. Por cierto, Stephen Gould es el señor de bigote al que acudía Lisa para que analizara su "ángel" en Los Simpsons.