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Lo demás es silencio.

Valencias, enlaces covalentes y carbonos

Recuerdo como de pequeño, teniendo yo 11 o 12 años, me explicaban en el colegio las valencias de los diferentes elementos químicos. Por desgracia para todos nosotros, a aquella edad nadie era capaz de comprender lo que era un átomo ni un elemento, y mucho menos lo que eran los electrones o los enlaces covalentes (cosa que nuestro profesor, en un esfuerzo encomiable aunque absurdo de extender su sabiduría, pasaba por alto semana tras semana).

El caso es que esta tarde surgió una interesante conversación físico-química-educativa en la que se mencionaron tres cosas: las valencias atómicas, los enlaces covalentes y los átomos de carbono. No recuerdo si se citaron en ese orden o a santo de qué venía hablar de semejantes temas en la terraza de un bar, pero aprovecho para explicar lo que son las tres cosas. Creo que, más que nada, quiero explicármelo a mí mismo de una maldita vez...

Valencia. Alrededor del núcleo de un átomo hay una nube de electrones que dan vueltas y revueltas (yo me los imagino así, ni ondas ni nada), y que pueden interactuar con los electrones de otros átomos a base de enlaces covalente o iónicos. Pero no todos pueden “juntarse” con otros electrones: tan sólo algunos a los que se llama electrones de valencia. Cada elemento tiene un número fijo de electrones de valencia, que se indican con un número romano que va del 1 al 4 (o del I al IV). Así, un elemento que tengo una valencia II tiene átomos con 2 electrones de valencia, es decir, que pueden interactuar con los electrones de otros átomos que se encuentren.

Enlace covalente. Los átomos pueden enlazarse o unirse entre ellos con varios tipos de enlaces. Uno de ellos es el enlace covalente. En este enlace, se unen dos átomos mediante un enlace formado por dos electrones; cada uno de esos electrones pertenece a uno de los átomos. Hay otros tipos de enlace covalente, pero eso es otra historia.

Carbono. El carbono es la base de toda la vida existente en la tierra. Además de encontrarlo en las puntas de nuestros lápices y en las joyerías (en forma de diamante), el carbono es la base de toda la química orgánica y con él pueden hacerse más de 10 millones de compuestos. El carbono es un elemento muy útil debido precisamente a esta gran capacidad que tiene para combinarse de miles de formas diferentes. Por eso al hablar de enlaces atómicos es justo hablar del carbono: ¡el carbono es tu amigo!

O sea que Vane: sí, las valencias tienen mucho que ver con los enlaces covalentes. Y otra cosa en la que tenías razón: el número de valencia viene en la tabla periódica, por columnas. Eso sí que yo no lo sabía. Hay que ver lo que es capaz de recordar la gente de las clases del instituto.


2 comentarios

Marisol Rsmos Rodríguez. -

es muy buena la información, y la forma en que la da, mucho mejor; pues en forma de historia,a nosotros los jóvenes,no se nos hace tan aburrido leerlo.

Patricia -

Gracias. Como el hecho de ser de Humanidades me convierte automáticamente en subnormal, esta explicación ha sido muy útil. Lalala.